miércoles, 16 de noviembre de 2011

20N: El domingo más triste de la democracia

No hay cosa más triste que un domingo por la tarde. Sobre todo los de invierno, aquellos en los que se pone el sol al comienzo de la tarde, en los que no sales de casa porque en el sofá con una ligera manta se está estupendamente, aquellos en los que todo lo que te pongan en la televisión te lo tragas. Sólo el fútbol te hace evadirte de esa tarde de domingo triste.
Al menos sé una cosa: Este próximo domingo, este 20 de noviembre, será el más triste de mi vida. El resto van a ser un chiste al lado de este fatídico día. Un día histórico para la derecha española (aunque también para la izquierda). Y es que, la mayoría absoluta del partido Popular no es más que cuestión de horas. Los ciudadanos, por cuestión de hartura, de ignorancia, y de rebeldía le van a dar un revés al partido Socialista que, al fin y al cabo, lo sufriremos los españoles los próximos cuatro años por lo menos.
Ya desde hace tiempo llevo pensando en el voto. Algunos lo ven como un juego, otros como una mentira (¡quién nos iba a decir que el 90% de los que hacían y hacen apología del franquismo, de la xenofobia y de la homofobia acudirían en masa a las urnas!), pero el caso es que los que estamos convencidos de la libertad y la democracia, nos vamos a fumar cuatro años que dan miedo. A veces se me olvidan las cosas, y parece que es algo lógico en este país. Por eso quizás no estoy tan preocupado. Viendo que a partir del próximo domingo vamos a tener un gobierno popular casi 8 años después, he querido refrescar un poco esa memoria nostálgica, llena de polvo y de caspa. Dando un repaso a la hemeroteca de los periódicos, me paro a recordar lo que fueron aquellos ocho años (sobre todo los últimos cuatro en los que gobernaron con mayoría absoluta) de gobierno azul, años de represión y autoritarismo. Recuerdo aquella gestión tan lamentable del Prestige y de ver al futuro presidente de España hablar de unos "hilillos". Recuerdo el indignante trío de las Azores riéndose del mundo dispuestos a "aplastar Irak" [palabras que le dice Bush hijo a su padre] y aquellas multitudinarias manifestaciones contra esa injusta guerra. Pero de aquellos años de autoritarismo recuerdo con profunda tristeza una cosa: cómo el gobierno de Aznar marginó de forma tan escandalosa a la población española y su soberanía. Un 90% de la población en contra de una guerra que sólo traería petróleo y toneladas de sangre y, aún así, se le antojó ir de la mano de Bush. Esto trajo consigo los atentados del 11M, aquellos donde 192 personas perdieron la vida en los trenes de Madrid por jugar a las guerras. Lo más humillante y vergonzoso, y lo que hizo que la gente fuera a votar, es que mintiera esos días de forma tan soberana, adjudicando los atentados de los trenes de Atocha a ETA.
Antes de acabar, me gustaría recalcar ese hecho de que el 11M movilizó a la gente a votar, más que dejar de votar al partido culpable. Muchas veces se escucha en los medios de comunicación lo poco críticos que son los votantes de la derecha y la extrema derecha (al fin y al cabo votan al mismo partido y, por tanto los meteré en el mismo saco). Me ha dado por buscar los datos de las elecciones de 2000, donde el partido Popular obtuvo una holgada mayoría absoluta y los de las elecciones de 2004, cuando Zapatero se proclamó vencedor de estas con mayoría simple. Pues bien, en el 2000, el PP logra 10.321.178 votos mientras que el PSOE sólo alcanza 7.918.752. Sorprendentemente, en 2004 el PP sólo pierde medio millón de votos, pese a las mentiras descaradas de la guerra y del 11M, logrando 9.763.144. El problema para este partido fue que la abstención se movilizó en favor del PSOE, alcanzando 11.026.163; es decir, tres millones de votos más. Por eso, recordemos siempre una cosa: la derecha nunca va a ser crítica, nunca. Puede haber corrupción (comunidad Valenciana), manipulación y privatización (comunidad de Madrid), o incluso recortes (Castilla La Mancha), que siempre acudirán a los colegios para echar el papelito.
De todas formas, no seré yo quien quiera movilizar el voto socialista, ni mucho menos. Quiero agitar las conciencias y la memoria de la gente. No creo yo que votar sea malo. Votar no significa PP o PSOE, o estar al lado de los mangantes. Hay más partidos, muy interesantes y con propuestas más cercanas a lo que queremos todos los que tenemos conciencia democrática. Partidos que piden no mayor representación, sino una justa representación; mayor participación ciudadana y, por supuesto mayor transparencia política. Votar es un derecho, un privilegio por el que muchos de nuestros padres y abuelos lucharon. Ahora que lo tenemos, sabemos que este sistema necesita un cambio, y eso hay que hacerlo desde dentro.
Aún así yo sé que el próximo domingo será de los más tristes de la democracia española. Y para colmo, 20N. Lo dicho, tarde de manta y sofá. Eso sí, mejor sin tener la televisión encendida...

3 comentarios:

  1. Una pena que la capacidad de crítica de la izquierda nos sea recompensada con al menos cuatro años de autoritarismo... De ahí que los que hemos emigrado no pensemos en volver, al menos en una larga temporada.

    Me ha gustado mucho tu primera entrada, animo y suerte con tu blog. Desde aquí te seguiremos leyendo ;)

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  2. Resalto algo muy importante, tal vez, desde mi punto de vista, lo mas, de tu reflexión, que va muy bien en un día como hoy:
    "Votar no significa PP o PSOE, o estar al lado de los mangantes. Hay más partidos, muy interesantes y con propuestas más cercanas a lo que queremos todos los que tenemos conciencia democrática. Partidos que piden no mayor representación, sino una justa representación; mayor participación ciudadana y, por supuesto mayor transparencia política. Votar es un derecho". Que razón tienes.

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  3. Alberto... solo tengo una palabra que decirte (y perdón por el tono religioso) AMÉN.
    Espero que te vaya muy bien con tu blog, tiene muy muy buena pinta.

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